Historia

Haberte criado y vivido enfrente de la calle Gravina, 7 de Madrid da el privilegio de poder decir que “entre guitarras me salieron los dientes”.


Trabajos manuales escolares, observación y preguntas dirigidas a mi padre Mariano y a mi tío Faustino acerca de cómo, porqué y para qué de las diferentes herramientas…


Observación y preguntas. Muchas preguntas. Curiosidad por saber cómo se construye una guitarra desde que la materia prima, el árbol, cae al suelo en un más que apasionante “latín” guitarrero.


Poco a poco ir conociendo distintas maderas, aprender el manejo de limas, formones, cepillos, garlopas, etc…


Como se corta y seca la madera, clasificar y distinguir las características y calidades, aprender la utilización de plantillas y marcadores, reglas y medidas, conocer las diferentes formas de montaje de una guitarra, elaborar las diversas piezas y partes del instrumento y, una exhaustiva familiarización con pegamentos, herramientas y materiales dieron como resultado que la primera guitarra construida íntegramente por mí viera la luz allá por 1976 tras muchos años de aprender jugando y de disfrutar aprendiendo.

El día 23 de diciembre de 1980 recogí en el Ayuntamiento de Madrid la licencia de apertura del nuevo taller familiar sito en la calle de Felipe V,
 y abrí sus puertas.

Como solicitante de dicha licencia figuraba mi tío Faustino.

A este nuevo local se trasladó mi padre, Mariano, mientras yo me encontraba “a caballo” entre este taller y el de la calle Gravina.

En estos primeros años de la calle Felipe V, las guitarras que construí junto a mi padre llevaban la etiqueta de la calle Gravina número 7, ya que era la misma empresa y Gravina continuaba siendo la casa matriz.

En 1983, a la jubilación de mi padre fue decisión suya y de mi tío Faustino que yo, aun siendo el más joven me hiciera cargo del negocio. De esa manera se rompió con la tradición imperante en la familia, el mayorazgo.

1984 Taller de Felipe V, número 2

Ya en 1984 unas pocas guitarras llevaban la etiqueta de la calle Felipe V, 2. En 1985 eran construidas por mí y firmadas por mi padre quién por su condición de maestro consideré que era quién debía hacerlo, aunque su salud se iba deteriorando impidiéndole trabajar.


En 1986 tomé la decisión de crear la comunidad de bienes Conde Hermanos, materializada el 30 de diciembre de ese año, en la que incorporé en ella a mi hermano de forma voluntaria por mi parte.

Guitarras especiales a partir de 1987

De 1987 a 1989 construí doce guitarras con mi firma autógrafa como puede apreciarse en la M y F, iniciales de mi nombre completo; Mariano Félix. El motivo de ello fue un acto reivindicativo acerca de la autoría de los instrumentos.
Por mi propia decisión cuatro o cinco etiquetas más llevaron dos firmas, la de mi hermano y la mía. No sólo hubo etiquetas especiales, a continuación muestro algunas etiquetas de esos años de mi colección particular:

La empresa Conde Hermanos, C.B. se mantuvo operativa hasta el acuerdo de disolución en 2009 y con carácter definitivo el 30 de abril de 2010.


Tras la disolución de Conde Hermanos, C.B, con mi hijo Mariano y los empleados de la extinta empresa me instalé en el local de la calle Amnistía, 1 de Madrid.


En un principio, las guitarras que estaban a la venta en la calle Amnistía eran las correspondientes a la parte de existencias que al cierre de Felipe V me habían correspondido. Conservaban la etiqueta original de la calle Felipe V, 2 con el sello de la calle Amnistía entre la etiqueta y el fondo del instrumento.


Desde la primera, las etiquetas de todas las guitarras Mariano Conde están hechas y escritas a mano. En ellas se indica nombre, calle, modelo, número de serie de dicho modelo y año de terminación de la guitarra.

En este taller se desarrollaron las “guitarras del poema” y se comenzó a marcar y grabar las guitarras con las iniciales “MC”, primero a rotulador y luego “a fuego”.


El porqué de la MC es muy sencillo; que no haya lugar a error en cuanto a la autoría de la guitarra ya que la cabeza de “media luna” es utilizada por mi familia y da lugar a no ser debidamente identificada por su origen y procedencia.


Al mismo tiempo dar a la autoría del instrumento un papel de mayor protagonismo al “salir” de dentro de la guitarra, de la etiqueta y desde su posición en la tapa compartir escenario con el guitarrista mimetizándose entre sus manos.


Estas ideas y sus razonamientos están registrados con el nombre de “Iniciales” en el Registro de la Propiedad Intelectual de Madrid.

A no mucho tiempo me congratulé al observar como a otros guitarreros, a otras marcas, no les disgustó la idea, imitándola. Llegando a marcar sus instrumentos con iniciales e incluso nombre completo.


Alguien tenía que dar ese paso, me quedo con eso. Ser el primero en atreverse a romper con lo estipulado, con lo guitarreramente correcto. La idea tuvo desde el principio algún partidario y muchos detractores, pero hoy está claro que la “MC” es Mariano Conde.


Desde el año 2018, Mariano Conde padre e hijo, trabajan sus guitarras sin ayuda de ningún oficial ni operario ya sea propio o externo. Nuestras raíces son profundas, se anclan en la más antigua escuela guitarrera madrileña, pero desde el hacer aislado y constante de la calle Gravina y la evolución temporal hasta hoy, ha dado como resultado una metamorfosis, un endemismo que con orgullo portamos mi hijo Mariano y yo, únicos continuadores de tan vetusto origen. Es decir son guitarras de autentica media luna y antigua tradición Esteso – Conde.